Etapas infantiles
¿Alguno recuerda de manera consciente cuando veía frutas dibujadas en una lámina y se las quería comer de verdad? ( era «real» ). ¿Y cuando ver desaparecer tras la puerta de la habitación a su madre, o la persona que les cuidaba en ese momento, se sentía literalmente como una desaparición? (porque desaparecía de «verdad» pese a que fuera a otra estancia de la casa). Hubo un tiempo en que el mundo fue para nosotros un lugar en que el sol estaba contento si lo estábamos nosotros, en el que si nos tapábamos los ojos y no veíamos al Otro ya estábamos a salvo de que nos vieran…

Hubo un tiempo en que a pesar de no entender ni papa de lo que decían con palabras las personas que pasaban por delante de nosotros, a las que veíamos por el objetivo de nuestra cámara de ver el mundo, si sentíamos claramente y sin tapujos de qué iba la cosa. Para con nosotros. Y para con los demás que allí hubiera. Y un tiempo en que con que nos dijeran que algo era posible, que nos animaran a intentar algo que nos hacia ilusión era suficiente para creer que seriamos capaces. Y hacerlo. Y al revés…
En las etapas infantiles según se van atravesando suceden multitud de cuestiones que afectan a como se siente el niño, desde donde ve el mundo, al Otro, como lo entiende, la forma en que accede a él, capacidades que se asientan de la etapa anterior y otras que están en juego:
-Cuestiones de la dimensión socio-emocional+cognitiva+corporal
-Y todo a la vez. Todo en juego. Todo afectándose lo de un área con otra. Todas las cuestiones de la vida de una persona que podáis pensar tienen que ver con esas áreas y su desarrollo.
Llegar a este mundo no es tanto el nacer sino desde qué decisión deciden traernos y cómo atravesamos la infancia. Con sus etapas, sus necesidades, sus pasos, sus adquisiciones, sus dificultades y sus disfrutes particulares y cambiantes. Y en la etapa infantil en que se está en cada momento no es la que causa atraso a la llegada de la siguiente sino la que pone las bases ( y en juego está de qué manera suceda…) para asegurar lo más posible la aparición y adquisición de la siguiente.
Etapas infantiles de las que no somos conscientes nosotros, algunas, de haber atravesado pero que así fue. A veces puede parecer chino mandarino de actitudes ( » y ahora qué le pasa?») , otras veces es de lo más divertido directamente:
En la sala de espera… El papá, una nena de cinco años ( A ), y una de dos y medio (B ). Salgo a recibir a la de cinco.
«Veo solamente» al papá.
Y aguantandonos la risa los dos hablamos mientras la parte de atrás de las puertecítas de la sala de espera se mueven….
-«uy veo que hoy has venido tú solo»….
-«si, me he venido yo en su hora para que podamos ver sobre algunos temas, te parece?»…..
-«si me parece si, además como A no ha venido hoy … «
Y de repente irrumpe, una voz de dos años (B), que dice: Y YO TAMPOCOOOOO EH! Yo tampoco HE VENIDOOOO!!!!!!!!!!
(… Es que claro, estos adultos tan despistados que estamos a veces que no nos enteramos!)
Por cierto: De niños nunca fuimos adultos en chiquitín. Jamás. Pero que no fuéramos adultos en pequeñito nada tiene que ver eso con que no nos enteráramos de lo que sucedía en/entre adultos. En captar sentimientos, emociones, en captar la esencia, los niños se enteran de todo. Estén en las etapas infantiles que estén.
( Tuve un profesor de filosofía que decía: » Yo me río de Janeiro» … Más de uno lo pensó de pequeño en estos casos. Más de un niño se reiría de Janeiro y de nosotros si escucharan eso de «son pequeños, no se enteran» ).
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Lourdes Patricio.